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Ingenieros Civiles, la importancia de su respaldo social y legal en España

A la hora de desarrollar una actividad profesional, lo principal es conocer la infraestructura educativa para la formación de sus miembros.

Posteriormente, las garantías en su desempeño por parte de la Administración y de la legalidad vigente en cada momento.

En el caso de España, en relación con esta idea, se produce, habitualmente, un respaldo jurídico, político y social al desarrollo de las profesiones. No obstante, no se trata de una situación generalizada para todas ellas. 

Esta reivindicación es la más llamativa del colectivo de Ingenieros Técnicos y Graduados en Ingeniería del país, que determina la falta de la total aplicación del Plan Bolonia, firmado en 1999 y por el que se homogeneizaban los estudios universitarios en la Unión Europea. 

Bajo el paraguas de dicho acuerdo, se gestó un nuevo sistema de estudios. De esta manera, el nivel de Grado prepara para el ejercicio profesional. Se terminó, además, con las titulaciones de tres y de cinco años, estableciéndose de forma general en cuatro (de 240 ECTS). Se trataba de homogeneizar el sistema, por tanto, con el resto de países de la Unión Europea. 

Tras más de 20 años, la situación en España, en relación con las Ingenierías Técnicas, se ha agravado para las mismas con la implantación de discursos, medidas y procesos que llaman al perjuicio de estos profesionales.

Así lo entiende el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas (CITOP), que actúa junto a entidades como Instituto de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de España (INGITE) y que representan a más de 300.000 profesionales del país.  

Tal y como determina Carlos Dueñas Abellán, Presidente del CITOP, “lo que se suponía que iba a ser la solución definitiva para la equiparación de las profesiones, se ha convertido en un infierno para los Ingenieros Civiles. Los Graduados han sido dejados de lado, dado que agentes como la Administración les solicitan, además del Grado, un Máster, estando fuera de lo acordado en Bolonia”.

Dicho de otra manera, a los Graduados en Ingeniería se les pide, por parte de las administraciones públicas, un Máster para ocupar el nivel A1 de funcionariado, algo que no ocurre con el resto de titulaciones del país. 

Además de ello, se ha fomentado un discurso clasista en las universidades, que animan a los estudiantes a formarse en un Máster para poder desempeñar la profesión para que el propio Grado habilita. 

Es el caso de la Ingeniería Civil, cuyo Grado permite a los estudiantes ejercer como Ingenieros Civiles, incluida la proyección y la firma de grandes infraestructuras. Su papel en el mercado laboral está más que garantizado sin la obtención de titulaciones adicionales y siempre en lo referente a la Ingeniería Técnica de Obras Públicas.

Pero, ¿por qué la Ingeniería Técnica de Obras Públicas? Dentro de las medidas que se llevaron a cabo en el Plan de Bolonia, se estipuló que la ITOP, así también conocida, sería la profesión de referencia para los Ingenieros Civiles de la ahora Unión Europea. 

De esta manera, para poder formar parte de la Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos sí que sería necesaria la realización del Máster del mismo nombre, una vez cursado el Grado en Ingeniería Civil.  

“¿Y qué ha sucedido en los últimos años?”, añade Carlos Dueñas Abellán, Presidente del CITOP y Vicepresidente de INGITE, “pues que tanto universidades como administraciones públicas han fomentado un discurso parcial de la situación de la Ingeniería Civil. Se intenta adoctrinar a los estudiantes para que realicen un Máster tras sus estudios principales, alertándolos de que es necesario para la firma de proyectos y para ejercer, algo que es totalmente irreal. Esto beneficia, especialmente, a las propias universidades, que alargan los estudios y que, además, ingresan un mayor número de matrículas”. 

Esto ha provocado que el desempeño de la Ingeniería Civil en el país se aleje, de manera sistemática, de lo acordado en el Plan Bolonia. Por ello y ante la situación de falta de apoyos en la Administración patria, desde el Instituto de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de España (INGITE) se ha formulado una denuncia ante la Comisión Europea para la salvaguarda de los profesionales.

Ya aceptada por el órgano de gobierno de la Unión Europea, se esperan acciones adicionales para que se establezcan las pautas aprobadas desde Europa y que permitirán homogeneizar, de una manera real y práctica, la Ingeniería del país a la de los estados miembro

Todo ello, con el fin de crear un marco legal y administrativo sólido para el respaldo de una profesión, la Ingeniería Técnica de Obras Públicas, fundamental en el desarrollo de infraestructuras clave de abastecimiento, de sanidad, de comunicaciones y, en general, de bienestar.